TEMA IV. COMUNICACIÓN AFECTIVA.




Un sujeto incapaz de entender los argumentos, los sentimientos y los puntos de vista de los demás nunca conseguirá construir una experiencia realmente moral.




La afectividad y calidad en comunicación dependen dela habilidad del maestro para emplear los métodos correctos en el momento oportuno, y del gusto y propiedad con que maneja su tema de exposición.

Con su palabra el maestro exalta o degrada el espíritu de sus alumnos. Un reproche o un elogio pueden marcar el destino de un alumno. el respeto, la prudencia, la ecuanimidad, la sabiduría deben iluminar siempre las expresiones verbales del docente. 

el maestro debe reconocerse como sujeto que, aun inconscientemente, está comunicando. Nuestras palabras comportan mas significaciones de las que queremos expresar; llevan consigo valoraciones y sentidos inconscientes.

Es también, una labor esencial del buen maestro tender puentes que comuniquen los alumnos con diversos dominios del conocimiento; señalar horizontes inagotables del saber; correr cortinas que ocultan la verdadera naturaleza de los fenómenos y las cosas.

El maestro debe de ser capaz de expresar y sentir ternura, estar siempre abierto y sensible a las vivencias afectivas de los alumnos; transmitir en la experiencia de enseñar  el goce del conocimiento; revelar a sus discípulos la manera cómo el conocimiento embellece la vida. Contagiarlos de actitudes de respeto hacia si mismos, de entusiasmo y calidez en su relación con los otros, de autoconfianza y valoración de sus posibilidades.


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