"No vemos las cosas tal como son, las vemos tal como somos"
Anaïs Nin, escritora francesa
El Psicólogo Daniel Goleman expone la teoría de Inteligencia Emocional relacionada con la capacidad de reconocer los propios sentimientos, Igualmente los de los demás, con la finalidad de utilizarlos como guías del pensamiento y de la acción.
Las tendencias actuales de la Psicología Educativa, sugiere que los maestros y todo el personal vinculado al sistema educativo, desarrollen competencias de inteligencia emocional; como la toma de decisiones oportunas y acertadas; la comunicación efectiva, solución de conflictos de manera creativa y exitosa; la cooperación y trabajo en equipo, todo ello dentro y fuera del aula de clases, en relación con otros docentes, directivas y comunidad educativa.
Es necesario que el maestro se conozca, que sepa lo que vive, lo que siente, desea o espera, que comprenda su relación con los demás, cuales son sus posibilidades y limites, y que sea dueño de sus emociones y de su vida. Todo esto es fundamental porque no es posible guiar a nadie mas allá de donde nosotros mismos hemos llegado. No es posible que el maestro ayude a sus alumnos a gestionar sus emociones, a ser ellos mismos, si no esta convencido de la importancia de los procesos socioafectivos, si no tiene una formación de inteligencia emocional a sus propias vivencias que le permita alcanzar una solidez personal.
La formación personal de los maestros es fundamental para que estos desarrollen actitudes positivas ante los alumnos, que permitan crear un clima de aceptación incondicional en el aula, un ambiente de tranquilidad y gusto por el conocimiento que, sin duda, contribuirá positivamente al aprendizaje escolar y a la maduración afectiva y social de los estudiantes.
Es necesario que el maestro se conozca, que sepa lo que vive, lo que siente, desea o espera, que comprenda su relación con los demás, cuales son sus posibilidades y limites, y que sea dueño de sus emociones y de su vida. Todo esto es fundamental porque no es posible guiar a nadie mas allá de donde nosotros mismos hemos llegado. No es posible que el maestro ayude a sus alumnos a gestionar sus emociones, a ser ellos mismos, si no esta convencido de la importancia de los procesos socioafectivos, si no tiene una formación de inteligencia emocional a sus propias vivencias que le permita alcanzar una solidez personal.
La formación personal de los maestros es fundamental para que estos desarrollen actitudes positivas ante los alumnos, que permitan crear un clima de aceptación incondicional en el aula, un ambiente de tranquilidad y gusto por el conocimiento que, sin duda, contribuirá positivamente al aprendizaje escolar y a la maduración afectiva y social de los estudiantes.
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